jueves, 4 de noviembre de 2010

EL OLVIDO DE UN EX ATLETA BOLIVIANO EN LA ARGENTINA

Roberto Cadiz Maldonado es un atleta orureño que quedó en el olvido de la comunidad deportiva boliviana. No recuerda cuantas competensias ganó sólo dice que son muchas y que sus medallas y trofeos están guardadas en la casa de  su hermano.

Es oriundo de oruro pero se crió en el departamento de Cochabamba, junto a sus dos hemanas y dos hemanos, es el menor de los cinco, por lo cual se hizo cargo  de su mamá desde muy chico, gracias a los pocos centavos que cobraba tras entrar casi siempre en el podio de las carreras de ciclismo a nivel nacional, desde los trece hasta los catorce años.

Pero dice que dejó de correr en Bolivia porque no tenía una bicicleta propia y comprar una era muy costosa. También, fue culpa de sus compañeros, ya no le querían prestar más sus bicis, por el desgaste que sufrían  y por ser egoístas ya que don Roberto escuchaba decirles: "El mocoso nos gana casi siempre en las competencias".

Tras la separación de sus padres, debido al maltrado físico que sufría su familia departe de su padre, ex convatiente de la guerra del Chaco, y buscando un futuro como ciclista profesional decidió inmigrar. Y es así como llegó a la Argentina, a los 14 años.

"Me tomé el tren, tomé mi bolsito y llegue, asi, a Buenos Aires. Cuando llegue no conocía a nadie. No tenía donde vivir. Tenía los borsillos vacios. Pero, gracias a doña Aurora tuve techo y comida, ya que le pagaba con mi trabajo en la construcción de su casa" dijo el ex ciclista. En ese casa es donde conoció a Mario Díaz, el descubridor de su verdadera vocanción deportiva, que luego se convertiría en su entrenador de Atletismo, en las especialidades de maratón y fondo.


" Yo nunca utilicé  zapatillas con clavo,  pero Mario me compró una y me sentía muy raro. Pero igual me lo ponía y entrenaba con eso. Se sentía muy bien volver a practicar deporte, aunque luego descubrí que lo mio era el atletismo", reveló entre risas y tapándose la cara con las dos manos.

El hombre de  63 años, con algunas canas en el cabello y unos  kilitos de más, asegura que recorrió todos los países de sudamérica y fue dos veces a Estado Unidos durante los 35 años que estuvo representando a Bolivia, a pesar de no tener el respaldo económico de su país, ya que los gastos lo cubrían sus esponsor. 

De pronto, se agachó  y se agarró la cabeza por unos minutos, mientras las rágrimas brotaban de sus ojos, llega a decir: " Me duele y lamento tanto la muerte del gordo Muñoz ( por el relator argentino José María Muñoz). Él estaba casi siempre en las carreras y me daba ánimos para seguir luchando. Conocía mi situación. Me decía Negrito".

El hermano de Lucio Maldonado, un ex jugador  profesional del fútbol boliviano, luego agregó: "Es más, gracias a él yo saque el documento argentino.  Un dia me dijo que me presentara en un lugar con todos mis papeles y les dijera que venía de parte de Muñoz, y así lo hize. No lo podía creer, en minutos ya tenía mi documetno en mis manos".

Pero la felicidad siempre le duraba poco, porque dice que siempre se sentía discriminado por algunos integrantes de la Selección Argentina de  Altetismo, aunque no dió nombres, pero dijo que muchos entrenaban en las instalaciones del Club de Lomas de Zamora en la década del 80.

"Cuando me estaba bañando, en pleno invierno, mis compañeros  me cortaban el agua caliente y a veces me dejaban sin agua y con el cuerpo lleno de jabón.  Me decían porque tenemos que entrenar con este bolita. Que se vaya a su país", fueron algunas hechos que recordó el actual kiosquero de revistas. 

Aunque aclaró, luego, que en esos años los directivos del club Lomas lo estimaban mucho, por lo que casi siempre le defendían de sus compañeros. Es mas, aseguró que otro dirigente, Juan José Armando, el ex presidente de Boca Juniors,  le pidió que corriera para su Club y se nacionalizara argentino.  

Pero el ex atleta  nunca acepto la propuesta, tampoco de ninguan entidad argentina: "Estoy orgulloso de ser bolivivano y estoy muy agradesido a La Argentina por el apoyo que me brindaron".

Roberto se siente sólo en la vida a pesar de que estuvo casado dos veces, pero  dice que debido a su profesión sus esposas lo avandonaron.  Tiene una hija con una chilena que se fue a su país y se llevó y con la otra, una argentina, tiene dos hijas, las cuales no la quieren ver hasta lo hecharon de su casa y lo dejaron en la calle sin su ropa y sin un peso en los bolsillos, hace unos cuantos años atrás.

Actualmente, vive desde hace cuatro años, apróximadamente, en una casa una familia de bolivianos, en Capital Federal, que al saber de su historia lo acogieron. Su resentimiento es tan grade con el pasado que no quizo habar más de ello, solo al final de la nota dijo que quizar regresar a su tierra le de tranquilida o internarse por días en un lugar inhóspito, como lo hizo la primera vez, para mantener la cordura.  

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