Roberto Cadiz Maldonado es un atleta orureño que quedó en el olvido de la comunidad deportiva boliviana. No recuerda cuantas competensias ganó sólo dice que son muchas y que sus medallas y trofeos están guardadas en la casa de su hermano.
Es oriundo de oruro pero se crió en el departamento de Cochabamba, junto a sus dos hemanas y dos hemanos, es el menor de los cinco, por lo cual se hizo cargo de su mamá desde muy chico, gracias a los pocos centavos que cobraba tras entrar casi siempre en el podio de las carreras de ciclismo a nivel nacional, desde los trece hasta los catorce años.
Pero dice que dejó de correr en Bolivia porque no tenía una bicicleta propia y comprar una era muy costosa. También, fue culpa de sus compañeros, ya no le querían prestar más sus bicis, por el desgaste que sufrían y por ser egoístas ya que don Roberto escuchaba decirles: "El mocoso nos gana casi siempre en las competencias".
Tras la separación de sus padres, debido al maltrado físico que sufría su familia departe de su padre, ex convatiente de la guerra del Chaco, y buscando un futuro como ciclista profesional decidió inmigrar. Y es así como llegó a la Argentina, a los 14 años.
"Me tomé el tren, tomé mi bolsito y llegue, asi, a Buenos Aires. Cuando llegue no conocía a nadie. No tenía donde vivir. Tenía los borsillos vacios. Pero, gracias a doña Aurora tuve techo y comida, ya que le pagaba con mi trabajo en la construcción de su casa" dijo el ex ciclista. En ese casa es donde conoció a Mario Díaz, el descubridor de su verdadera vocanción deportiva, que luego se convertiría en su entrenador de Atletismo, en las especialidades de maratón y fondo.